martes, 3 de noviembre de 2009

¿CUANTO ESTAMOS DISPUESTOS A RENUNCIAR EN POS DEL PROGRESO?

Nos vendieron una imagen de éxito y la bulimia y anorexia se sentó a nuestra mesa.
Nos vendieron Internet y nuestros chicos dejaron de investigar en la biblioteca para recortar y pegar.
Nos vendieron la telefonía celular coma la más novedosa forma de comunicación y el resultado es daño a la salud.
Pero…….salud no es solo ausencia de enfermedad sino que salud es un “ESTADO DE COMPLETO BIENESTAR FÍSICO, MENTAL Y SOCIAL”, así lo define la Organización Mundial de la Salud.
Ahora bien, ¿cómo se puede alcanzar ese estado de bienestar, cuando las empresas a caballo del “progreso” nos robaron el acceso al agua potable, a los alimentos sanos, a condiciones sanas en el trabajo, cuando agraden el medio ambiente con la minería, la tala de bosques en forma indiscriminada, la pesca salvaje en nuestros mares, contaminan los ríos escupiendo veneno, cuando erigen monstruos de hierro que emiten ONDAS ELECTROMAGNÉTICAS de sospecha y dolor?.
La naturaleza se desangra en ciento de heridas.
En Quilmes decidimos tratar de curar una, la herida que produce la TELEFONÍA CELULAR, cuyas antenas se instalan en forma clandestina, atropellando normas vigentes, avasalla derechos, ignora el PRINCIPIO PRECAUTORIO que nos ampara, despoja a la gente del derecho a la información veraz, clara, precisa que nos asiste cuando se introduce en el mercado un elemento sospechado de ser nocivo para la salud.
El derecho a la salud y el medio ambiente sano van de la mano a enfrentar la ambición de las empresas que solo ven sus bolsillos llenos.
El derecho a la salud y el medio ambiente sano están huérfanos de un estado que controle, limite, regule, que cumpla con su obligación de GARANTIZAR “el mas alto nivel posible de salud física y mental” como lo dispone el párrafo 1 art. 12 del Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales del cual la Argentina es parte.
Es cierto que la Constitución Nacional Argentina parió la obligación estatal indelegable de “promover el bienestar general” (Preámbulo) el “derecho de todos los habitantes a gozar de un ambiente sano, equilibrado, apto para el desarrollo humano” (art. 41 CN).
También es cierto que nuestro derecho a la salud y un medio ambiente sano está ampliamente protegido por normas provinciales, nacionales e internacionales como: Ley General de Medio Ambiente 25675, Ley 24240 Ley de Defensa del Usuario y Consumidor, Convención sobre los Derechos del Niño art. 24, Derecho Universal de Derechos Humanos párrafo 1 art. 25, Carta Social Europea, Carta Africana de Derechos Humanos y de los Pueblos.
Pero nuestra Carta Magna puso en nuestras manos la carga de reclamar para que esos Derechos se hagan efectivos.
Los Vecinos Autoconvocados de Las Barrancas de Quilmes decidimos dejar de ser invisibles y decidimos hacer visible la CONTAMINACIÓN ELECTROMAGNÉTICA que producen entre otros, la TELEFONÍA CELULAR.
Sabemos que la O.M.S. todavía no se expidió sobre la nocividad de la radiación no ionizante pero, ante la falta de certeza científica, los vecinos nos abrazamos al PRINCIPIO PRECAUTORIO, como un salvavidas, para que no nos ahogue la inacción de los funcionarios públicos que no comprenden que PROTEGER la vida misma es mucho mas que tomar una pluma y cambiar la letra de algunas frases sobre un pedazo de papel.
PORQUE ENTENDEMOS QUE PROGRESO NO ES SINÓNIMO DE DESTRUCCIÓN Y DAÑO A LA SALUD.

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